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martes, 15 de agosto de 2017

El quehacer del profesor en el aula de clase

Fue hace algunos años cuando llegaba a mi primer día de clase en la universidad y en el ambiente se sentía mi miedo hacia lo desconocido. Llegué con mis compañeros que acababa de conocer al salón de clases, tome un lugar y en ese momento apareció con muchas canas y un curioso saco el profesor Jesús Hernando Perez (Pelusa),  él hizo un dibujo en el tablero de varios conjuntos y mi miedo se hacia más fuerte con cada uno de ellos pero cuando Pelusa comenzó a hablar el miedo que sentía desapareció y me embargó una gran emoción. 

Desde aquel momento comprendí que la labor principal del profesor en el aula de clase es llevar a sus estudiantes en la dirección correcta por medio de la temática propuesta, no sólo para que puedan pasar el examen final, sino para que aprendan y practiquen procedimientos y técnicas para la vida misma. Así fue como quise, algún día, ser como Pelusa y guiar a mis estudiantes en eso desconocido para ellos. Recientemente, algunos estudiantes me han hecho la siguiente pregunta: ¿Para qué sirven las matemáticas en mi vida? A lo que les he contestado: para todo. Las matemáticas están presentes en todo nuestro entorno y en todo lo que hacemos a diario, en nuestro universo (en principio $\mathbb{R}^{3}$) y en todas las formas que en este espacio están, cuando compramos media libra de carne que es casi $\frac{1}{4}$ de kilo de carne, etc. Esa concienciación es una de las cosas mas valiosas e importantes que hacemos en el salón de clase y que trascienden a él.   

En este proceso de enseñanza, profesor y estudiante aprenden el uno del otro, el profesor innova todo su conocimiento y aprende de las ideas y de la fuerza de voluntad del estudiante y el estudiante recibe toda la experiencia y sabiduría del profesor. Es por eso que es mucho mas valioso un profesor que durante 15 años innova en los temas que enseña y en la forma en que los enseña que un profesor que durante 15 años enseña los mismos temas de la misma forma. Nuestros procesos de aprendizaje nunca paran y precisamos tener la mente abierta y mucha fortaleza para continuar, "Ser Más Para Servir Mejor'' (Frase de San Ignacio de Loyola).